Revisa quién puede añadirte a grupos, activa el bloqueo con huella o PIN, y oculta la foto de perfil para desconocidos. Prueba chats cifrados de extremo a extremo y evita reenviar cadenas dudosas. Configurar la verificación en dos pasos en WhatsApp o Telegram reduce drásticamente secuestros de cuentas y conversaciones impertinentes.
Comparte enlaces solo con personas conocidas, usa salas de espera y contraseñas en reuniones. Cierra el micrófono y la cámara por defecto, y controla la pantalla compartida. Un ajuste previo de privacidad impide visitas indeseadas, para que cumpleaños, partidas de cartas virtuales y consejos médicos ocurran con calma y respeto.
Si un supuesto nieto pide dinero urgente, primero confirma por llamada independiente. Observa detalles: número nuevo, tono raro, faltas, historias confusas. Desconfía de mensajes que exigen secretos o pagos inmediatos. Un minuto para verificar puede ahorrarte pérdidas, angustia y la incomodidad de conversaciones manipuladas por desconocidos insistentes.
Ajusta quién ve tus publicaciones, revisa etiquetas antes de aparecer en fotos y limita la información pública en tu perfil. Evita publicar direcciones o planes de viaje. Usa listas para compartir solo con personas cercanas. Mantener esa selección consciente reduce riesgos, sin perder la alegría de estar en contacto y celebrar logros.
Activa la limitación de seguimiento en el móvil, limpia cookies con regularidad y prueba navegadores con protección reforzada. Instala extensiones confiables contra rastreadores y revisa consentimientos de cookies con calma. Una navegación más privada no significa aislarse, sino decidir con mayor claridad quién puede observar tus pasos digitales cotidianos.
Puedes solicitar acceso, rectificación o eliminación de tus datos en muchos servicios, amparado por normativas de protección de datos. Guarda comprobantes, usa formularios oficiales y sé específico. Si una empresa ignora tu petición, recurre a autoridades de protección de datos. Recuperar control lleva tiempo, pero fortalece tu bienestar digital.

Empezamos con una demostración breve, seguimos con práctica en tu propio dispositivo y resolvemos dudas sin apuro. Los materiales impresos y digitales quedan para repasar en casa. Nadie se queda atrás: repetimos lo necesario hasta que cada persona se siente segura, tranquila y lista para continuar explorando con autonomía.

Simulamos correos falsos, configuramos la verificación en dos pasos y creamos contraseñas fuertes juntas y juntos. También revisamos ajustes de privacidad paso a paso. Repetir, anotar y practicar en voz alta ayuda a fijar la memoria. Al finalizar, te llevas una lista clara para aplicar lo aprendido sin miedo.